LA MODERNIDAD VRS LA ULTRAORTODOXIA
Muchos de nosotros caemos fácilmente en la tentación de juzgar, de criticar, de ver la inmensa falta de los demás; o sea que somos víctimas de esos deseos tan negativos de ver ajenamente lo que no nos gusta, y empezamos a atacar a todo aquel que no piense como nosotros, al que sea diferente, y que practique otro credo, que tenga una preferencia diferente en fin que no sea igual a lo que percibimos que debe de ser; el mundo moderno exige aceptar las diferencias que el inmenso universo nos ofrece, de lo contrario estamos regresando al medioevo porque si hay algo que le quita luz a la modernidad son las personas que no son capaces de tolerar, de ver que los demás tienen derecho a ser lo que han decidido ser independientemente a nuestra forma de pensar, no podemos obligar a que todos hagan lo que decimos, ni que piensen como queramos o que crean en lo que nosotros pensamos es lo cierto, de lo contrario estamos en contra de una realidad que cada vez nos demuestra que cada quien tiene derecho a ser lo que ha decidido ser, no podemos imponer nuestra verdad a base de golpes ni de imposiciones, hay derecho a decidir lo que queramos creer, ¿Qué pasa si someto a alguien a creer en lo que yo pienso es lo correcto y resulta no serlo? ¿Es lícito que yo por la fuerza haga que los demás digan o piensen como a mi me parezca? ¿Dónde queda la libertad ajena? no creo que eso sea medianamente ético ni moral.
Las instituciones de poder someten sin importar el criterio particular, así la historia humana ha caminado lentamente y naciones poderosas han expandido su poder hasta los límites que su realidad les ha permitido, y de ahí mismo ha nacido la decadencia de ellas y los poderosos cuando los sometidos se cansan y logran poder para sublevarse y adquieren su libertad al precio que sea; de la misma forma todo aquel que ha sido sometido por nuestras intransigencias se liberará cuando sienta que pueda e igualmente los sometidos por ideas que no les son propias buscarán su libertad al precio que sea, si hay algo que rescatar de los errores de la historia es aceptar que la diversidad está en el universo para demostrar el equilibrio de la variedad misma, cuando alguien desea que los demás se sometan comienzan los grandes conflictos, ¿Por qué no respetar la idea ajena? ¿Por qué no aceptar la diferencia de los demás? ¿Por qué perseguir y atacar al que no concuerda contigo? Porque cuando se somete hay una falsa sensación de que ganaste, pero el sometido en algún momento saldrá de su sometimiento y todo lo que provocaste se te devuelve porque el universo es justo y tiende a equilibrarse. Los que tienen el poder de someter a una sociedad en algún momento serán presos de lo que han prohibido y el peso de la justicia les caerá en forma de tragedia o de situaciones contradictorias que les llevan a aquello que ellos mismo provocaron en otros.
Los que ahora sonríen porque han sometido de forma coercitiva en alguna polémica a otros tendrán que caminar por el camino de la justicia que el universo mismo les devuelva, aquellos ultra ortodoxos que les encanta someter a una sociedad que demanda el respeto ajeno y que de forma magistral logran objetivos políticos, sociales, religiosos, económicos, etc., pueden pasar un tiempo complacidos de sus logros pero fatalmente en algún momento las tempestades que han cultivado se les regresa cuando menos lo piensan, esa es la ley del equilibrio universal: el silencio de sus logros maliciosos en algún momento se convierte en ruido y muchas veces el peso moral les señala y les destruye por haber irrespetado a una sociedad entera, así que ahora que someten y logran cantar victoria pueden ganar la batalla pero no la guerra en una sociedad la cual no podrán detener hacia el modernismo, esos retrógradas e inquisidores no pueden terminar con la libertad la cual quieren destruir a base de sus psico rigidez, pero la libertad es más fuerte de cualquier deseo humano, la historia lo dice en algún momento esos que les encanta el extremismo caen víctimas de si mismos, por ello debemos de entender el valor de la palabra tolerancia y en base de ella construir una sociedad que avance al ritmo de la aceptación y de la diversidad.
Ezequiel Méndez
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